It’s Saturday evening. 9pm. I’m studying about Jesus, and agency. My thoughts trailed to fast Sunday tomorrow, how worldwide we have fasted twice for relief from the pandemic. Almost two years later have we found relief or are we still “waging war”?
Did the fasts not work? A worldwide church fasted with the prophet! Did we have enough faith? Did President Nelson?
Of course we have enough faith (however much faith we have is enough faith!)
I remembered long-suffering–enduring the suffering until the blessing comes, enduring His timing, enduring the (uncomfortable) change happening in our hearts that makes them softer, gentler, more like His.
A favorite scripture of mine comes from Lehi who shares his heart with his son, “Wherefore, I know that thou art redeemed, because of the righteousness of thy Redeemer”.
We are not redeemed because of our righteousness, our obedience, or anything else we do. We are redeemed because of the Savior’s perfection, the Savior’s righteousness, “redemption cometh in and through the Holy Messiah” “and in no other way”.
I am never excited for fast Sunday but repentance works and I find myself excited for tomorrow (plus, I made chocolate cake. That’s worth any sacrifice…), “Is not this the fast that I have chosen? to loose the bands of wickedness, to undo the heavy burdens, and to let the oppressed go free…[then shall] thy light break forth as the morning, and thine health shall spring forth speedily: and thy righteousness shall go before thee; the glory of the Lord shall be thy rereward. And the Lord shall guide thee continually, and satisfy thy soul in drought, and make fat thy bones: and thou shalt be like a watered garden, and like a spring of water, whose waters fail not.” His promises will come, they always do. His ways, His timing, is perfect.
2 Nephi 2, Mosiah 3, Isaiah 58
Es sábado por la noche. 21:00. Estoy estudiando Jesús y el albedrío. Mis pensamientos se dirigieron a mañana, día de ayuno, y cómo en todo el mundo hemos ayunado dos veces para aliviar la pandemia. Casi dos años después, ¿hemos encontrado alivio o seguimos “librando la guerra”?
¿No funcionaron los ayunos? ¡Una iglesia mundial ayunó con el profeta! ¿Tuvimos suficiente fe? ¿El presidente Nelson tuvo suficiente fe?
Por supuesto tenemos suficiente fe (¡por mucha fe que tengamos es suficiente fe!)
Recordé la longanimidad: soportar el sufrimiento hasta que llega la bendición, soportar Su tiempo, soportar el cambio (incómodo) que sucede en nuestros corazones que los hace más suaves, más amables, más como los Suyos.
Una de mis escrituras favoritas proviene de Lehi, quien comparte su corazón con su hijo: “Por tanto, sé que eres redimido por la justicia de tu Redentor”.
No somos redimidos por nuestra justicia, nuestra obediencia o cualquier otra cosa que hagamos. Somos redimidos por la perfección del Salvador, la justicia del Salvador, "la redención viene en y por el Santo Mesías" "y de ninguna otra manera".
Nunca estoy emocionado por el ayuno del domingo, pero el arrepentimiento funciona y me encuentro emocionado por el día de mañana (además, hice pastel de chocolate. Eso vale cualquier sacrificio…), “¿No es este el ayuno que he elegido? para desatar las ligaduras de la maldad, para desatar las pesadas cargas, y para dejar en libertad a los oprimidos… [entonces] tu luz brillará como el alba, y tu salud brotará prontamente, e irá tu justicia delante de ti; la gloria del Señor será tu recompensa. Y Jehová te pastoreará siempre, y saciará tu alma en las sequías, y engordará tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” Sus promesas vendrán, siempre vienen, y la hora será perfecta.
2 Nefi 2, Mosias 3, Isaias 58