My three beautiful girls,
Damion stopped me in the store tonight raving about the cashew sour cream I held in my hand, the juicery he owns in Layton, his favorite kimchi on the shelf, and “Taron Johnson who plays for the Bills, #24, is my best friend!”
I had just wrapped up a writing zoom seminar and was thinking about the books I’m writing, why I’m writing them. When the conversation about food and healthy gut biome ended, of course my mind continued the conversation (KLOVE had been cranked in the car and I was rocking out to Promises), “I’m writing books…religious books…” Then wondered, are they religious? Are they Christian? LDS? How do I categorize the books I’m writing?
In my experience, once something is labeled it gets murky. Then when I try to describe it it is constrained to “that thing”.
I started attending the temple every week again (it’s been two weeks ;). A best friend and I meet there, sit in the celestial room, discuss things on our mind, in our hearts. I feel revelation beginning to flow again. I have more questions and subsequently feel more answers.
And so continued my trail of thoughts. …writing an LDS book puts it in a box—an LDS box. Writing a Christian book puts it in a Christian box.
I’m writing Jesus books, no box.
Maybe sometimes even the church gets between us and Jesus.
Maybe the church is just a vehicle that gets me to the temple, and the temple is a vehicle that gets me to Jesus.
Girls, I have one wish for you: don’t get caught up in the myriad of voices at home, at church, anywhere. Go find Jesus—preferably in His house. He will tell you everything you want to know.
I love you more than you love me, your mama
Mis tres hermosas chicas
Damion me detuvo en la tienda esta noche delirando sobre la crema agria de anacardo que tuve en la mano, la compañía de jugo de que es dueno en Layton, su kimchi favorito en la estantería, y "Taron Johnson, que juega para los Bills, # 24, es mi mejor amigo ! "
Acababa de terminar un seminario de escritura por zoom y estaba pensando en los libros que estoy escribiendo, por qué los estoy escribiendo. Cuando terminó la conversación sobre la comida y el bioma intestinal saludable, mi mente continuó la conversación, "Estoy escribiendo libros ... libros religiosos ..." Pero pensé, son ellos religiosos? ¿Son cristianos? ¿Cómo categorizo los libros que estoy escribiendo?
En mi experiencia, una vez que se etiqueta algo, se vuelve turbio. Luego, cuando trato de describirlo, se limita a esa categoría, y no se puede pertenecer a ningún otro.
Empecé a asistir al templo todas las semanas de nuevo (han pasado dos semanas). Un mejor amigo y yo nos reunimos allí, nos sentamos en el salón celestial, discutimos las cosas que tenemos en la mente, en el corazón. Siento que la revelación comienza a fluir de nuevo. Tengo más preguntas y siento más respuestas que vienen de los cielos.
Y así continuó mi rastro de pensamientos. … Escribir un libro de la iglesia lo pone en una caja. Escribir un libro cristiano lo pone en una caja cristiana.
Estoy escribiendo libros de Jesús, no caja.
Quizás a veces la iglesia se interpone entre nosotros y Jesús.
Quizás la iglesia es solo un vehículo que me lleva al templo, y el templo es un vehículo que me lleva a Jesús. Él hace todo lo demás.
Niñas, tengo un solo deseo para ustedes: no se dejen atrapar por la miríada de voces en casa, en la iglesia, en cualquier lugar. Ve a buscar a Jesús, preferiblemente en Su casa. Él te dirá todo lo que quieras saber.
Las amo más de lo que me aman a mí, tu mamá